miércoles, 7 de diciembre de 2016

nomatofilias


Nuestros nombres no son los que hablan de nosotros, hablan de nuestros padres. Así es, pues, que los que dirán algo de nosotros serán los que les demos a nuestros hijos. Si se tratase de nosotros como un lenguaje, sería nuestro código a base de escritura jeroglífica vertical que se lee de abajo hacia arriba.
Este es un dato a tener en cuenta por el buscador de señales, que, a veces, abrumado por el Misterio, olvida lo sencillo.

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