sábado, 4 de mayo de 2013

De organismos

Me dan miedo las cabecitas de vena que asoman a través de mi piel.

El signo mayor de mi organismo
el que entraña más entrañas
es el dolor de ovarios.
Una mezcla de dolor en vano y dolor a secas.

Mi ombligo ha sido una revelación. Pero no me agrada nada su impudicia.

Tengo unos lunares que se inmiscuyen y juegan a alternarse posiciones en el mapa con las coloradas cabecitas de vena. Pero los lunares no me dan miedo, sólo están ahí.

También hay algo de azul.
Sólo me da miedo en primavera.

Todos vemos bellas sinfonías a veces
pero eso ocurre en los organismos de otros.

Quien dice que los tejidos de cicatriz son un almacén de lo vivido,
y además hermoso,
sin duda no ha sido encarcelado en un salón de espejos.
Yo me pinto otros dibujos, para despistar.

Me desconcierta (algunos días)
otros días me da miedo
y otros días me es indiferente
la mancha amarilla de mi ojo izquierdo.
Quizá, no debería estar ahí.
Algunas veces la veo cobrando autonomía,
irreal
desafiante.

Es cierto que para algunos el amarillo representa la locura
para otros puede ser la enfermedad, la bienvenida, o incluso la vida a las seis de la tarde.

Para mi es el umbral y por música 'umbral' me dice 'ámbar'.