Soy más de estar en el agua y el sol me eclipsa moralmente. Leo literatura peruana y francesa lo que más, pero mis prefes siguen siendo los de finales del xix, comienzos del xx. Me pongo a calcular siempre los adelantos del futuro con respecto a la vejez mental que ostentaré y a imaginar desencuentros cómicos como los que suceden actualmente entre la generación de mayores y sus móviles, elucubrar con qué barrera me toparé.
En mis sueños el factor de los colores es muy importante: hay dos tipos de combinaciones y uno lleva a la alegría y serenidad, son colores muy vivos, no hay sonido, hay contemplación panorámica. Otro se desenvuelve en tonos sepia y los dolores son muy reales.
Hay tantas artes y aficiones a las que me he entregado no sólo por ser de espíritu inquieto, sino más bien en un iluso y siempre fracasado intento por conectar con la humanidad que viene de aquella necesidad de querer pertenecer a una tribu. O simplemente porque desde niña quise tener amigos. Esa ausencia me ha llevado a variadas transformaciones, ese sueño por compartir y pertenecer.
A pesar de yo misma carecer de buen sentido del humor (otro ámbito en el que fracasé) desde fuera las situaciones a las que me he visto sometida por mi torpeza no están exentas de un lado cómico. Puedo afirmar, entonces, que mi intento por pertenecer da un balance tragicómico y lo que para otros es natural para mi es un circo de rarezas.
La polimorfía es una constante en mi vida, así, pues, las transformaciones a las que nos vemos sometidos desde distintos frentes, así como las transformaciones de todo lo que nos rodea, están contenidas en mi blog variaciones...que sigue siendo simplemente distintas fases de un mismo olor que va despidiendo esas notas por capas conforme pasa el tiempo.
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