viernes, 25 de septiembre de 2015

La Macumba ancestral

Vengo de despertarme y en este sueño me estoy dando cuenta de que ha aparecido el Can en una forma nueva. Quizá debo seguir estas pistas...

A veces sueño con palabras de las que no soy plenamente consciente de sus significados o el alcance que estos pueden tener. Me ha pasado con "macumba" tras este sueño. Lo estoy investigando y me sorprende la precisión con que estaba contextualizado el símbolo onírico.

Contando solo la parte que nos interesa del sueño para indagar en este juego, me encontraba ocultándome de unos matones en una peluquería moderno-asiática-chill out. Antes, un anciano me había advertido de que en las inmediaciones se mataban muchos niños a diario, tras oír esto yo pasé miedo, como si fuera niña (pero era yo en el presente, o incluso en el futuro, con toda la largura de mi cuerpo, y este sabio o desarrapado me decía que debía reptar para que no me vieran, cosa que yo hacía).

Ocultándome ahí como una clienta se me ponían a los costados un par de estilistas que fingían arreglarme las uñas. Pero al sentir la llegada de los matones se volvían al centro del escenario y se transfiguraban en monstruos luminosos mientras decían que eran mis guardianas y que yo era "medio hija de la Macumba" a continuación de lo cual me transfiguraba yo también, los ojos se inyectaban en luz amarilla y mis pelos volaban fuerte, haciéndose mechones largos con vida, levitando toda yo mostrando mi verdadera esencia, cual revelación a Perseo o Teseo o cualquier semidiós mitad humano mitad hijo de poderoso ser.

La Macumba era en mi sueño una especie de diosa madre mía. Si tenemos en cuenta que el origen real de la macumba es africano, que se popularizó en Latinoamérica con la llegada de los esclavos, y que precisamente yo soy una afrodescendiente directa... esto no suena tan descabellado.

Lo más curioso es que el origen del nombre (popularizado ahora el sentido como sinónimo de un tipo de magia negra) puede deberse a la forma en la que se referían a una divinidad o al sonido de un tambor. No hay consenso en ello, pero algo me dice que esa divinidad existía en tiempos antiguos.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Según las últimas estadísticas

Somos generaciones que sueñan con sus abuelos muertos. Las futuras quizá no lo consigan, al no haberlos conocido.
Cuando pienso en que no quiero privar a mis nietos de que sueñen conmigo creo que necesito darme prisa por tener a mis hijos.