martes, 2 de febrero de 2016

Los gestos de la Biblia

A diario performo el Nuevo Testamento:
Si doy besos, son besos de Judas;
la confraternización se me antoja un doloroso trámite
lleno de muecas que son moneda de cambio.

Cuando debo indignarme por las injusticias sociales,
la muerte, lo precario...
(toda la seriedad)
me lavo las manos como Poncio Pilato.

Y sólo me rasgo las vestiduras
ante los atropellos estéticos,
recordando el gesto de Caifás,
soy Suma Sacerdota de la tontería.



Escena de "Un homme qui dort"