jueves, 13 de junio de 2013

Oda a la confusión

Quien no se interroga, no duda y por tanto, no piensa.
¡Líbrame de tener claros pensamientos
y líbrame de un camino definido!

La duda, motor de la filosofía.
La tribulación, asiento del existencialismo.

El hombre práctico querrá encasillarse en lo que ve. Asumirá lo que venga con una sonrisa.
El hombre contemplativo se confundirá a sí mismo mil veces para no definir nada nunca. Las definiciones no se hicieron para el que ama sólo a las preguntas.

Confusión es el nombre de la obra teatral que interpretamos con la vida.
Aunque a veces nos olvidemos de que no somos más que máscaras.

Y esto no es una cara

2 comentarios:

  1. ayer, hojeando algunas novelas de Thomas Bernhard -actividad recurrente- encontré este pasaje en Tala: "Sólo se lo he fingido siempre todo a todos, durante toda mi vida sólo he fingido y representado, me decía en mi sillón de orejas, no vivo una vida real, verdadera, me decía, sólo vivo y existo una vida fingida, sólo he tenido siempre una vida fingida, nunca una vida real, verdadera, me decía, y llevé esa idea tan lejos que, finalmente, me creí esa idea", un saludo

    ResponderEliminar
  2. y yo creo que todos los escritores que he tenido o tengo de referentes han manifestado lo mismo en algún momento, con palabras que se acercan a la paráfrasis de la cita que has elegido :)

    ResponderEliminar