miércoles, 2 de abril de 2014

se me dan mal los ejercicios de estilo

Mi amigo Daniel Munin escribe y utiliza ejercicios para no desentrenarse. Es como las señoras que hacen yoga, pero con las palabras. Yo lo he intentado cuando veo alguna estructura que parece que pueda dar de sí, pero no he podido; no siento el corset, sino que mis imágenes suelen depender de una referencia exterior y a veces no calzan en el ejercicio, no me vienen experiencias similares a lo que siento que leo, para poder plasmarlas con esas formas.

Es muy útil eso de los ejercicios de estilo, y sino que se lo digan a Queneau. Yo estoy en una fase amniótica. Quiero desentumecerme, pero sólo me sale el conflicto con mi yo actual. He intentado leer para contagiarme de la savia que fluye por las venas literarias de otros... he leído "Ante el dolor de los demás" de Susan Sontag estos días, pero me esperaba algo más lírico... no sé. Mis expectativas están ahora en lo que me conmueve, y me conmueven muchas cosas, pero tras una capa de fino papel de plástico transparente; no es un material muy chic, pero sería algo así. No da pena romperlo, tampoco. O sea que ¡quiero salir! No me quejaría en lo absoluto si pudiera salir por fin a la superficie. Esta etapa de ensoñación ya viene durando mucho... y no sé qué espero. Cuánto daño me ha hecho el absurdo.

No sé si a alguno de uds le pasa, pero olvido cosas muy importantes. "Cosas" como escritores que me han gustado, nombres de poemas, etc. No es una tontería, quizá podría ser algo trivial, pero para alguien que se dedica a esto, o cuya vida gira en torno a esto de forma constante... es un motivo para consternarse. Me he quedado con una frase "me adorno con flores muertas que continuan vivas a mis ojos" y la he usado durante los últimos años para definirme (esa y la de "odre de putrefacción quiso que fuera mi cuerpo y una ramera de solicitaciones mi alma" de Dámaso Alonso ésta última). No puede ser que ahora no sepa de qué poema viene ni esté segura de su autor. Pensaba que era de T.S Eliot, pero no la encuentro en sus poemas... ¿Y si la creé yo?

Eso quisiera, pero obviamente no es mía. Aunque si nunca apareciera su eminente autor, la reclamaré yo, y lo digo desde ya para que no aparezca otro y se me adelante.




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