miércoles, 13 de enero de 2016

Lucky y Pozo

Esto se trata de una imposibilidad. Las hay negaciones, contra las que nada puede uno interponer. Mi parte más ficticia es otra persona. Pienso en Sartre y según sus términos, para mi el otro es objeto porque yo soy quien lo mira de mis cuencas para adentro. Y ahí, dentro de mi, el otro es mi parte más ficticia. Porque todo lo que toco y siento es más real que el otro, aunque el otro me roce o me hable al oído, siempre está en otra galaxia, porque tiene un pozo (no me refiero al sedimento, sino al pozo, a la oscuridad hundida, gigante, capaz de albergar cualquier misterio, y todos tenemos misterios, todos tenemos pozos...) y porque esos seres etéreos dentro de él, que él ni siquiera ve, lo mantienen alejado de otras entidades concretas... Y así, unos con otros. Por eso, aunque pasen mil doscientos años seguiremos sin conocernos. Por eso estamos solos y sin luz para orientarnos. Cada quien con sus fantasmas.

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