miércoles, 6 de febrero de 2019

Hacía mucho viento y los niños se quedaron sin globos

El ciclo de los pelos afrutados ha comenzado y sólo depende de una misma escarbar en ellos o dejarlos marchar.
Me refiero a la juventud, a ese color sonrojado.
Mirarlo desde la ventana de la cocina, desde el otoño de mi casa.
El casamiento de mi sangre con el deber y la responsabilidad que cae del grifo bajo los reposteros, encima de la basura.
Saludas convencido de que te ven como eres, pero no te imaginas que la imagen es siempre distinta, poder apresarte es mi pasatiempo
un pasatiempo absurdo
como una maldición china.

Sin embargo ya eras bello antes de aparecer.
Tu imagen no termina de formarse y eso obliga a que mis palabras leviten.

El otro día vi cómo intentaban meter un montón de globos de helio que iban a ser para los niños, dentro de una furgoneta vieja
y hacía viento y no podían- levitan justamente así.



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