Yo sé que soy la
persona de la que dirás que pasó por tu vida
que alguna vez
conociste,
esa persona soy
para ti
para todos.
Sé que no existe
aquel que dirá de mi
“es la persona que
está aquí”,
no.
En una época
alguien que no era yo desdoblada
me salvaba en mis
sueños de peligros y apocalipsis
con los maremotos,
lunas que se descuelgan,
campanas, rechinar
de dientes;
aparecía y me
llevaba:
era el santo de mi
cotidianidad.
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